Tepeaca, cinco siglos de trueque

*Maíz por calabazas, prendas por guajolotes, zapatos por tortillas, son algunos de los cambios que se pueden ver en este tianguis desde las 6 de la mañana de todos los viernes del año, donde cientos de personas se reúnen para poder adquirir su canasta básica

Antonio Zamora

Tepeaca, Pue.- Haciendo a un lado las monedas o los billetes y ponderando el acuerdo de palabra y el sentido común, el Tianguis del truque de Tepeaca se niega a desaparecer a más de cinco siglos de su aparición.

Esta forma de comercio que prácticamente ha desaparecido en todo el mundo, se lleva a cabo en el mercado ubicado a unos 15 minutos del centro del municipio que se localiza a 35 kilómetros de la capital poblana y que su nombre oficial es Tepeaca de Negrete.

Maíz por calabazas, prendas por guajolotes, zapatos por tortillas, son algunos de los cambios que se pueden ver en este lugar desde las 6 de la mañana de todos los viernes del año, donde cientos de personas se reúnen para poder adquirir su canasta básica.

Considerado uno de los más grandes y antiguos del país, en este tianguis se pueden ver filas de personas con animales en mano, esperando entablar negociación verbal con algún interesado. Mientras que, en otros puestos, las jícaras llenas de producto son las pautas para alcanzar un acuerdo.

Si bien los visitantes, provenientes de varios municipios poblanos, ven a este tianguis como una forma de economizar y aprovechar sus productos, la sobrevivencia de este tipo de comercio también se convierte en un atractivo de Tepeaca.

Para los que llegan desde fuera del municipio a hacer trueque, tienen la oportunidad de recorrer su cabecera en la que el paladar y la fe de verán beneficiados, ya que tanto el buen comer, como el encomendarse al Niño Doctor, son dos actividades casi obligadas.

Además, a unos pasos de la plancha del zócalo está un tesoro invaluable, el Museo de Historia, que, a pesar de ser pequeño y modesto, cuenta con piezas prehispánicas de la época colonial de gran realce y su ubicación dentro de la casona en la que Hernán Cortés firmó en 1520 la segunda de las ‘Cinco cartas de Relación’ lo consolidan como uno de los más importantes del estado.

Conformado por 3 salas, en las primeras son dedicadas a la época prehistórica y prehispánica, pues desde restos de animales, hasta pequeñas piezas de diferentes culturas que se asentaron en la región son parte de su acervo.

La segunda sala tiene la peculiaridad de que, con luz solar, al cerrar una de las puertas de madera que cubren los ventanales, en una de las paredes se proyecta la imagen del zócalo, que está justo enfrente, pero “de cabeza”.

La última sala está dividida en dos, la primera parte relata cómo llegó Hernán Cortés a la zona siguiendo con la conquista. Exhiben armas tanto de los pobladores como de los conquistadores, además de que retratan el sadismo con el que fueron sometidos los nativos, incluso siendo marcados en el cuerpo con pedazos de hierro caliente.

Para la segunda parte, muestran el avance de Tepeaca en los últimos años, las construcciones históricas, además de los acontecimientos que marcaron el rumbo de uno de los municipios más importantes de Puebla.

Compartir: